lunes, 11 de junio de 2012

VERDADERA CONSULTA

No soy de los que identifican una única causa como provocadora de la derrota electoral del Partido Revolucionario Dominicano (PRD)  en  las pasadas elecciones del 20 de mayo, ya sea de carácter externa o interna a la organización. Fueron múltiples causas.     Reducir las causas a una sola  o sólo factores externos, es un análisis trunco o simplista.
Aunque fue evidente el uso abusivo de los recursos del Estado, la compra masiva de cédulas y el control casi absoluto de los medios de comunicación por parte del gobierno para favorecer al candidato oficial, estoy convencido que a pesar de eso el PRD y sus aliados podían ganar las elecciones.
También es cierto que el presidente PRD no trabajó a favor de su Partido, que su esposa usó las redes sociales para enviar mensajes de ataque a la candidatura del PRD, como para no dejar dudas de que la actitud irresponsable de su esposo era una inequívoca  señal de hostilidad a la candidatura del Partido, del cual él era presidente. Pero a pesar de eso creía que el  PRD y sus aliados podían ganar las elecciones.
Asimismo, todo el mundo pudo ver en la pasada contienda electoral que algunos dirigentes del PRD, seguidores del Presidente Partido, o no trabajaron por las aspiraciones de los PRDistas, o accionaron a lo interno de la organización para favorecer al candidato oficial, o lo apoyaron públicamente, o todas las anteriores, sin que el Presidente reaccionara para condenar  estos comportamientos de evidente traición al PRD. Esto fue advertido, pero a pesar de eso creía que el PRD ganaba las elecciones.
El candidato cometió errores de comunicación, pronunciamientos públicos y manejo con los medios que provocaron rechazos de algunos sectores de la sociedad, muy bien aprovechados por los adversarios del PRD, que espantaron simpatías a la candidatura, pero a pesar de eso el PRD y aliados podían ganar las elecciones.
Sin embargo, de todos esos factores, los que son alevosos, premeditados y que no son errores, fueron los que están asociados al Presidente del Partido. Quien mayor responsabilidad tenía en la campaña electoral fue la persona que no asumió responsabilidad alguna, un hecho insólito en la historia política dominicana.
Lo peor de todo es su comportamiento después de la campaña, lejos del arrepentimiento de su actitud irresponsable, continua accionando en contra del pueblo PRDista, se coloca a espalda de su Partido y busca refugio en los tradicionales enemigos del PRD.
Ante una sanción disciplinaria y ejemplarizadora   impuesta por la Comisión Política del PRD al Presidente del Partido y otros dirigentes que públicamente apoyaron al candidato oficial en la pasada contienda electoral, ratificada por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), pretenden que la organización sea congelada,  para que luego sea liquidada, utilizando para ello al Tribunal Superior Electoral (TSE), aparato judicial del gobierno. El Presidente suspendido del PRD lleva a poder del Estado, lo que debe ser atribución exclusiva de los organismos competentes del PRD, como es la disciplina  del Partido.
El PRD es una institución política del pueblo dominicano, es un sentimiento nacional, cuyo único dueño es el pueblo PRDista. No son dos facciones. Ninguna persona es el Partido, ni representa la institucionalidad, la misma está representada por sus organismos y el liderazgo debe descansar en la bases.
La reorganización, la creación de una plataforma programática,  el fortalecimiento de su imagen y el relanzamiento del PRD, debe ser el producto de una verdadera consulta a sus organismos. Quienes no están actitud de consultar a las bases y reunir a sus organismos no creen en el Partido y no merecen la calidad de dirigentes, ni mucho menos de líderes. Pero si la soberanía del PRD que descansa en sus bases, pretenden ponerla a merced de un organismo del Estado, no merecen ser PRDistas.
Por tanto, entiendo que el PRD apelando a sus organismos, a su base, debe evaluar su participación  en la pasada contienda electoral, sistematizar las verdaderas causas por la cuales no ganó las elecciones y prepararse para crear las condiciones para ganar en las venideras contiendas electoral.

viernes, 1 de junio de 2012

¡CUAN DIFÍCIL ES PRACTICAR LA DEMOCRACIA EN UNA ORGANIZACIÓN POLÍTICA!

¡Cuan difícil es practicar la  democracia en una organización política! Pero con qué facilidad los dirigentes y líderes políticos hablan de democracia,  aunque no la practican ni a lo interno ni hacia fuera, ni de manera ordinaria ni extraordinaria. Ninguna de las organizaciones políticas de la República Dominicana practica la democracia.
El origen de esta situación hay que buscarlo en la mala práctica de todas las organizaciones políticas de que la voluntad del líder sustituye la voluntad de su masa, de su base. Las organizaciones parecen ser proyectos personales de sus líderes o dueños únicos. El líder piensa por la masa. “Lo que diga el Líder eso es lo que va”. “Sin ti se hunde este país”. Estas son consignas que se lanzan en cada circunstancia en que se presentan crisis y  se debe consultar a las masas.
La práctica antidemocrática se extiende desde el organismo de mayor jerarquía, llámese Comité Político o Comisión Política o  Consejo Político o como lo denominen, hasta los organismos de menos jerarquía. Dicen que son partidarios de la democracia, pero su práctica es antidemocrática. Los dirigentes de esos organismos son la expresión de la voluntad de los líderes, no de los miembros y militantes de las organizaciones. Ponen en esos puestos a sus amigos y relacionados.
Los organismos de las organizaciones políticas no celebran reuniones ordinarias, salvo escasas excepciones, para tomar decisiones en función de la voluntad de la mayoría que integran los organismos y luego esas decisiones sean respetadas por todos los miembros. El líder sustituye el organismo, piensa y decide por él. Lleva las resoluciones cocinadas para que los miembros del organismo las aprueben, levanten las manos diciendo “estamos de acuerdo señor Presidente”. Todo puede marchar bien hasta que hay una crisis.
En una crisis no saben qué hacer. Los estatutos y reglamentos son claros y precisos, pero no saben qué hacer, cómo proceder. No son capaces de hacer una consulta seria a sus bases, no saben cuál es el sentir de las bases, están completamente desconectados con la población y carecen de mecanismos para conectarse. Por eso, frente a una crisis recurren a todo tipo de prácticas antidemocráticas en una organización: componendas, remiendos, arreglos antidemocráticos y, lo peor de todo, postergar la crisis.
Las soluciones antidemocráticas continúan generando prácticas antidemocráticas en las organizaciones políticas. Las actividades re organizativas  se llevan a cabo en el marco de una componenda, los puestos en la organización, incluyendo el de Presidente,  son resultados de una componenda, las elecciones de los candidatos a cargos municipales y congresuales se realizan por componenda. Las bases de las organizaciones sólo son consultadas en las primarias y en las elecciones nacionales, porque no pueden hacer otra cosa.  Así no se construye la democracia, no se contribuye al fortalecimiento institucional, ni mucho menos podemos construir una sociedad de derechos.