lunes, 30 de julio de 2012

LOS DUEÑOS DE LAS CALLES

La sociedad dominicana está observando como los jóvenes delincuentes se están convirtiendo en los dueños de las calles actuando sin que nadie se lo impida; asimismo la población está aceptando la situación como incontrolable, con la percepción de que los delincuentes les han ganado la batalla a las autoridades responsables mantener el orden público en el país.
La delincuencia juvenil es producto de diversos factores, tales como: falta de oportunidades, dificultades sicológicas, problemas intrafamiliares, conflicto con los valores y principios, déficit educacional, entre otros, los cuales han sido muy debatidos y que no serán analizados en este artículo. Pero es evidente que el móvil de los actos delincuenciales es buscar dinero para comprar comida, droga o prenda de vestir, que esos jóvenes provienen de familias disfuncionales,  que han abandonado los estudios o no pueden continuarlo, quedando en la condición de ni-ni, ni estudian, ni trabajan y que viven en barrios marginados.
Hasta que una persona no es víctima de un acto delincuencial no imagina hasta donde llega la delincuencia en la República Dominicana,  ignora que salir a la calle de cualquier barrio del Distrito Nacional y de la provincia de Santo Domingo, sin importar la categoría social, es exponerse a que los dueños de las calles le asalten o le arrebaten la cartera o una cadena del cuello o le saquen una pistola y le exijan que le entregue todos los objetos de valor que tenga en la cartera o en los bolsillos o en el peor de los casos decidan dispararle y terminar con su vida.
La situación de inseguridad en la calle y hasta en los hogares no parece ser preocupante hasta que no nos llegue el turno de ser  víctima de los dueños de las calles, los cuales patrullan los barrios en motores o en pasolas sin placas, sin que  autoridad alguna los detenga como detienen a los vehículos que van a sus lugares de trabajo o regresan a sus hogares identificados con placa  y sin comerse alguna luz roja,  para chequear  el vehículo en busca de armas.  Los dueños de las calles son jóvenes, a veces menores de edad, que cuando andan de patrulla en  las calles tienen la autoridad de quitarle la pertenencia a cualquier persona que encuentran en su  camino.
Las principales víctimas de los dueños de calles son las mujeres  que transitan a pie por calles de los barrios de todas las clases sociales, donde la delincuencia juvenil ha impuesto su autoridad. Ser testigo presencial de una operación relámpago de un joven delincuente es algo tan común que ya la población no se alarma. Se  observa a diario como una persona que va caminando por una calle, de repente un jovenzuelo, por lo general menor de edad, se le acerca y sin mediar palabra en segundos  le arrebata la cartera, o la cadena o cualquier prenda y sale huyendo hasta la próxima esquina donde otro joven lo espera en un motor o en una pasola y continúan la huida en vehículo sin problema.
Esta modalidad de operar es la menos dolorosa. En muchas ocasiones la víctima de la delincuencia juvenil es encañonada con una arma de fuego o le sacan un arma blanca, ordenándole la entrega inmediata de toda la pertenencia, con una amenaza espantosa de dispararle en caso de que no obedezca.   Ante la resistencia se pone la vida en peligro. El pavor por el cual pasa una víctima de los dueños de las calles es difícil de describir. Se estima que de cada 10 personas 7 han sido víctima de algún tipo modalidad de delincuencia juvenil.
“Se vive una inseguridad desesperante, porque los asaltos en las calles no cesan, te despiertas por la mañana y conoces de un atropello, y al otro día, sin acabar la pesadilla del día anterior, te encuentras con otro caso similar”, me cuenta una víctima de atraco.
Fui testigo de cómo una mujer pudo evitar ser víctima de un atraco que en su contra iba a cometer un joven delincuente. Mientras caminaba por la cera de una calle, un motorista que iba transitando en la misma dirección le  rebasaba y la avistaba, pero ella estaba alerta porque parecía conocer su intención. De pronto el motorista se devuelve y va al alcance de la transeúnte, pero cuando ella ve que el motorista le viene encima, huye y lanza su cartera a una vivienda que estaba al lado de cera por donde corría, continuando la huida hasta llegar al portón del residencial donde residía, abrir, entrar y cerrar dicho portón y salir ilesa.

lunes, 16 de julio de 2012

LO PEOR ES PERDER EL INSTRUMENTO

Cuando escasea la buena fe, las cosas simples y sencillas se vuelven complejas y difíciles. Es simple y sencillo admitir que el PRD perdió las elecciones del 20 de mayo del 2012, por las razones que sean, reconozca o no la victoria del PLD y sus aliados, los votos alcanzados no les permitieron llegar a la meta. Pero este hecho se vuelve complejo y difícil cuando los dirigentes más connotados en su creencia de ser los Señores del PRD hablan y  actúan para que también se pierda el PRD, como hasta este momento ha ocurrido.
Todo el mundo entiende que el PRD no sólo perdió las elecciones, sino que los esfuerzos que están haciendo sus dirigentes están orientados a que también se pierda  el PRD, como si no fueran suficientes los errores e irresponsabilidades partidarias cometidos durante el proceso electoral. Un pescador  puede ir al mar a pescar y perder todas las carnadas sin atrapar pez alguno, pero asegura el anzuelo, el hilo y la caña de pescar, porque constituyen su instrumento de pesca.  El pescador sabe que por alguna razón se puede ir en blanco, pero esta situación no lo lleva a perder el instrumento porque el mar no se acaba y los peces continuaran viviendo en su hábitat.
Lo que es simple y sencillo para un pescador se vuelve complejo para los Señores del PRD. No entienden que el pueblo perredeista es el dueño y señor del PRD, que por haber perdido las elecciones, independientemente de las causas, no quieren que se pierda el PRD porque lo peor es perder el instrumento, por lo cual se debe asegurar para futuras contiendas.  No entienden que ellos pasarán como muchos dirigentes ha desaparecido y el PRD ha permanecido. Por su escasa buena fe no entienden que lo peor que le puede ocurrir al PRD es perder el PRD.
Por su escasa buena fe los Señores del PRD no se han sentado para poner en poder de los perredeistas el destino del PRD, no consultan los organismos del Partido, no le interesa saber que piensan los más de 2 millones de ciudadanos que le dieron el voto al PRD sobre el destino de este instrumento político. Se escuchan ellos mismos, se cocinan en su propia salsa, se creen que tienen el PRD en sus manos, sin saber o sabiendo que lo peor es perder el instrumento.
Los Señores del PRD están haciendo todo para que el Partido se vuelva una organización desconectada con la sociedad, para que sea incapaz de resolver su propias crisis interna, para eliminar su vocación de poder y convertirlo en un mendigo  de puestos en el gobierno, en fin para que se pierda el PRD.
Contra esta tendencia, contra este comportamiento, es que deben luchar los perredeistas y amigos del PRD. Dicha tendencia la  promueven  los Señores del PRD de un lado y de otro, pero coinciden en que sus actuaciones están conduciendo a que se pierda el PRD.

domingo, 15 de julio de 2012

DOS MONEDAS NACIONALES

Desde 1994 el Banco Central de Cuba (BCC) emite dos monedas nacionales: Moneda nacional o peso cubano (CUP) y Peso Convertible (CUC). Ambas son monedas nacionales, en razón de que son puestas en circulación por el BCC y sirven para realizar las transacciones de bienes y servicios dentro del territorio cubano. Los cubanos les llaman divisas al peso convertible (CUC).
La política cambiaria del BCC es de control de cambio y funciona bajo un sistema de administración centralizada para la compra y venta de divisas. El cambio de monedas  sólo está permitido por medio del peso convertible en una única institución  Casas de Cabio S.A. (CADEDA). Las monedas extranjeras no son aceptadas en las transacciones de bienes y servicios, para estos fines se utilizan las monedas nacionales (peso cubano y peso convertible).
Para poder adquirir bienes y servicios en territorio cubano, el visitante extranjero tiene que cambiar su moneda por pesos convertibles, de igual forma cuando los cubanos reciben remesas de familiares que tienen en extranjero tienen que cambiarlas por pesos convertibles. Las monedas extranjeras aceptadas para cambio por pesos convertibles son: Dólar americano (USD), Dólar canadiense (CAD),  Euro (EUR), Libra esterlina (GBP),  Jeans japonés (GPY), Nuevo peso mexicano (MXN) y Franco suizo (CHF).
El tipo de cambio del peso convertible con relación al dólar americano es: 1USD=0.87CUC, pero a lo inverso es: 1CUC=0.95USD. Por ejemplo, cuando un turista llega a Cuba con USD100.00 en el canje recibe CUC87.00, si al regresar a su país de origen le quedan CUC30.00 la CADECA se los convierte de nuevo a USD y le entrega USD28.57. La pérdida cambiaria del visitante a Cuba es de 18%. 
La circulación de las dos monedas nacionales en Cuba (CUC y CUP) determina una dualidad  económica en los mercados de bienes,  servicios y de trabajo de Cuba, diferenciada por los tipos de bienes y servicios que se pueden adquirir con una y otra moneda y por los mercados donde son exigibles. Las dos monedas nacionales en circulación es la expresión monetaria de la coexistencia de dos economías en Cuba.
El CUP representa la subsistencia del pueblo cubano, el CUC el crecimiento de las actividades turísticas y la apertura económica; el CUP representa la posibilidad de comprar productos para satisfacer necesidades básicas; el CUC posibilidad de comprar cualquier producto; el CUP representa la economía cerrada; el CUC representa la inserción de Cuba en la economía global; el CUP representa la condición de proletario de todos los cubanos; el CUC representa la posibilidad de desarrollar la iniciativa privada en Cuba; el CUP representa un mercado donde comprar productos locales para consumo de los cubanos; el CUC representa un mercado especial para los turistas con el que se puede comprar de todo.
La moneda nacional (CUP) es utilizada exclusivamente para el pago de los salarios a los trabajadores, en los mercados agropecuarios, en el transporte en guagua no turística, en las compras alimentos, bebidas y cigarrillos en las bodegas, cafeterías y kioscos, en el pago de las entradas a los lugares de diversión, deportivos y culturales, entre otros bienes básicos. Con el CUP no se puede comprar bienes importados, bienes nacionales considerados no básicos como prendas de vestir y productos del aseo personal, ni servicios turísticos. Para adquirir estos tipos de bienes, los nacionales cubanos tienen que cambiar CUP por CUC a un tipo de cambio de 24CUP=1CUC.
Por otro lado, con el peso convertible (CUC) se pueden pagar: Taxis, trasporte en autobuses turísticos, servicios hoteleros, servicios en los restaurantes, productos en las tiendas, productos artesanales, medicamentos en las farmacias internacionales y cualquier servicio turístico. En este lado de lado de la economía los cubanos no pueden participar, pues el salario de un mes de los trabajadores oscila entre CUP250.00 y CUP650.00, equivalentes a USD12.00 y USD30.00. 
Con los ingresos recibidos los cubanos pueden adquirir  las cuotas de productos subsidiados para toda la población, los cuales representan una tercera parte de las necesidades básicas. Es decir, el gobierno  subsidia a toda la población cubana una cantidad de productos alimenticios: arroz, frijoles, sal, aceite, carne de pollo,  jamonada …, que representa sus necesidades básicas para aproximadamente 10 de los 30 días del mes. Asimismo, le otorga gratuitamente, los servicios de educación y de salud. Los cubanos tienen comida segura para 10 días del mes.
Los productos alimenticios que están fuera de las cuotas subsidiadas y los demás bienes y servicios que necesitan los cubanos para la subsistencia tienen que comprarlos a precios de mercado. Los ingresos salariales no le alcanzan para adquirirlos, por lo cual el cubano tiene que agenciársela  paro conseguir otros ingresos. Las actividades donde pueden obtener ingresos adicionales a sus salarios son en los servicios turísticos, el transporte, las remesas y el trabajo por cuenta propia.