Estimo que la alta aprobación que le otorga la sociedad
dominicana al Presidente Danilo Medina se debe a que está inaugurando un
estilo de gobierno cercano a la gente. Sus visitas sorpresas a hospitales, como fueron las que hizo al Robert Reid y al Darío
Contreras; a barrios marginados de la
capital, como la que hizo a La Barquita; las visitas a diferentes pueblos del
interior del país y a diversos sectores
de la sociedad dominicana, para conocer en terreno la deprimente situación de
cada uno de los grupos sociales, han
perfilado un estilo atractivo de gobernar, el cual se ha recompensando con una
alta aceptación del Presidente de la República. Pero si este estilo gobernar no
se acompaña de una política proactiva de gastos, no tendrá ningún impacto en la
economía.
Durante
los primeros cuatro meses del año 2013 el Gobierno del Presidente Danilo Medina
redujo la actividad económica del sector gobierno en 15,000 millones de pesos como
resultado de un sobre ajuste fiscal. Para el primer trimestre de este año el
Gobierno debió operar con un déficit fiscal ascendente a 17,575.5 millones de
pesos, esto es la cuarta parte del déficit presupuestado para el año completo.
De acuerdo con las declaraciones de los ministros de Hacienda, Simón Lizardo y
Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, así como el director
General de Presupuesto, Luis Reyes, el gobierno se ahorró unos 15,000 millones
de pesos en el primer trimestre del año; en otras palabras, en lugar de gastar 17,575.5 millones de
pesos por encima de sus ingresos fiscales, solo gastó unos 2,500 millones de
pesos.
La
reducción de la actividad económica del Gobierno en aproximadamente 15,000
millones de pesos provocó una recesión económica en la República Dominicana
durante el primer cuatrimestre de este año, la cual se manifiesta en la caída
de las ventas del sector comercial y en nivel de actividad del sector
industrial por debajo de su potencial. En
respuesta al sobre ajuste fiscal, el Gobierno anunció el jueves 2 de mayo una
inversión de 9,000 millones de pesos "inmediatamente", a través de la
cual procurará una reactivación económica y promover la creación de empleos.
Los
9,000 millones será aplicados de acuerdo a la declaraciones de los referidos
funcionarios de la forma siguiente: 3,000 millones serán invertidos por el
Ministerio de Obras Públicas, unos 1,500 millones irán a la construcción de 50
“centros de atención primaria” de salud, 800 millones a la construcción y
reparación de viviendas populares y otros 2,000 millones irán a financiar las
pequeñas y medianas empresas (pymes), así como el Banco Agrícola. También
recibirán partidas especiales el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos
(INDRHI), 611 millones; el Instituto Nacional de Aguas Potables y
Alcantarillado (INAPA), 600 millones; la Corporación del Acueducto y
Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) 400 millones y la Oficina de Desarrollo
Provincial con un monto de 500 millones
de pesos.
Asimismo,
serán destinados 800 millones al Plan de Seguridad Ciudadana para la colocación
de cámaras de seguridad y el programa de seguridad vial. También serán beneficiadas las corporaciones
del Acueducto y Alcantarillado de Moca, Puerto Plata, Santiago y La Vega con partidas
que oscilan entre los 100 y los 452 millones de pesos.
Entiendo
que la reacción del Gobierno ante la recepción económica provocada por el sobre
ajuste fiscal es acertada. Las medidas
anunciadas por los referidos funcionarios del gobierno constituyen un
reconocimiento a que el origen de la depresión económica por la que atraviesa
la economía dominicana es el sobre ajuste fiscal y que esta situación no ayuda en
nada a los planes del Gobierno de reducción del desempleo y la pobreza.
Estas medidas deben ser complementadas con una disposición del Presidente Danilo Medina de producir un
aumento general de salario en el público de manera regresiva, desde un 30% para
los salarios más bajos hasta un 15% para los salarios más altos. El dinero en manos
del público es el mejor dinamizador de
la economía. Los déficits en el sector público no son producidos por los salarios, se generan como consecuencia de que los costos
de las obras públicas salen hasta 10 veces superiores a su valor y a que las
compras gubernamentales de materiales y suministros se realizan a costos
superiores a los del mercado.
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