Las iniciativas productivas y sus propietarios no se transforman en negocios y empresarios exitosos de manera espontanea o natural. Se requiere que ambos sean trabajados de manera consciente y que cumplan por un proceso ascendente hasta que las ideas se conviertan en empresas competitivas y los emprendedores en empresarios profesionales. Requieren de factores institucionales que operen como acompañantes de los ideólogos, de aquellas personas o grupos que han acariciado la idea de ofertarle a la comunidad una alternativa para resolver un problema o satisfacer una necesidad.
Las ideas de negocio y los ideólogos de negocio transitan en la misma vía, corren al mismo tiempo. Obedecen a la misma dinámica: actitud, aptitud, creatividad e innovación. El emprendedor tiene cierta aptitud que lo mueve a crear idea o a innovar producto. Pero necesita del acompañamiento para que sus ideas sean afinadas y pasen por un proceso incubación dirigido, conducido conscientemente, para fortalecer las capacidades del emprendedor, la maduración de las ideas y la creación de la nueva empresa.
Las ideas de negocio son viables o no si contribuyen a resolver un problema, si responden a la satisfacción de requerimiento humano, si existe la capacidad técnica y organizativa para ser ejecutadas, si es el negocio es rentable, si tienen posibilidades de crecimiento y si su implicación social hace más bien que mal. Estas condiciones son generalmente ignoradas por los ideólogos.
Para satisfacer las necesidades de los ideólogos y determinar la viabilidad del negocio, surgen los centros de emprendimiento e incubación de empresa. Estos centros desarrollan programa de atracción de emprendedores para descubrir ideas de negocio y fortalecer el espíritu emprendedor. Desarrollan programa de asesoría para disminuir el riesgo y la incertidumbre con la que se inicia una empresa y aumentar su probabilidad de éxito.
El trabajo con las ideas de negocios y los emprendedores también implica desarrollar programa para fortalecer las capacidades en áreas específicas de la gestión del negocio, tales como: Flujo de caja y valorización de la empresa, estrategia competitiva, estrategia comercial, gestión del talento humano y gestión financiera.
Los centros de emprendimiento e incubación de empresas apoyan el proceso de formación de empresarios y empresas. Pueden funcionar dentro de las universidades, institutos tecnológicos o como instituciones independientes. Lo más importante es que logren articular procesos de generación de ideas, selección, elaboración de plan de negocio, acompañamiento en la puesta en marcha de los negocios y seguimiento a la empresa incubada. Asimismo, deben proveerle a los emprendedores las informaciones que todo el que inicia un negocio debe conocer. El trabajo de los centros de emprendimiento se caracteriza por ser cercano a los emprendedores, sistemático, dinámico y de inducción de procesos de transformación. De este modo las ideas se transforman en planes de negocio, los planes de negocio en empresas competitivas, las cuales generaran riqueza y empleos estables.
Las ideas de negocio y los ideólogos de negocio transitan en la misma vía, corren al mismo tiempo. Obedecen a la misma dinámica: actitud, aptitud, creatividad e innovación. El emprendedor tiene cierta aptitud que lo mueve a crear idea o a innovar producto. Pero necesita del acompañamiento para que sus ideas sean afinadas y pasen por un proceso incubación dirigido, conducido conscientemente, para fortalecer las capacidades del emprendedor, la maduración de las ideas y la creación de la nueva empresa.
Las ideas de negocio son viables o no si contribuyen a resolver un problema, si responden a la satisfacción de requerimiento humano, si existe la capacidad técnica y organizativa para ser ejecutadas, si es el negocio es rentable, si tienen posibilidades de crecimiento y si su implicación social hace más bien que mal. Estas condiciones son generalmente ignoradas por los ideólogos.
Para satisfacer las necesidades de los ideólogos y determinar la viabilidad del negocio, surgen los centros de emprendimiento e incubación de empresa. Estos centros desarrollan programa de atracción de emprendedores para descubrir ideas de negocio y fortalecer el espíritu emprendedor. Desarrollan programa de asesoría para disminuir el riesgo y la incertidumbre con la que se inicia una empresa y aumentar su probabilidad de éxito.
El trabajo con las ideas de negocios y los emprendedores también implica desarrollar programa para fortalecer las capacidades en áreas específicas de la gestión del negocio, tales como: Flujo de caja y valorización de la empresa, estrategia competitiva, estrategia comercial, gestión del talento humano y gestión financiera.
Los centros de emprendimiento e incubación de empresas apoyan el proceso de formación de empresarios y empresas. Pueden funcionar dentro de las universidades, institutos tecnológicos o como instituciones independientes. Lo más importante es que logren articular procesos de generación de ideas, selección, elaboración de plan de negocio, acompañamiento en la puesta en marcha de los negocios y seguimiento a la empresa incubada. Asimismo, deben proveerle a los emprendedores las informaciones que todo el que inicia un negocio debe conocer. El trabajo de los centros de emprendimiento se caracteriza por ser cercano a los emprendedores, sistemático, dinámico y de inducción de procesos de transformación. De este modo las ideas se transforman en planes de negocio, los planes de negocio en empresas competitivas, las cuales generaran riqueza y empleos estables.
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